10/2/11

La importancia de tener un maestro cualificado.

Hoy quería dirigiros unas palabras sobre la importancia de tener un maestro cualificado. Es tremendamente importante la presencia de un maestro cualificado, sobre todo hoy en día, porque es una época en la que, si analizamos la historia de la humanidad, vemos que se ha llegado al máximo desarrollo material.

En esa época hay muchas posibilidades de que surjan frecuentemente las perturbaciones mentales o los engaños; por eso necesitamos el noble maestro que nos proteja ante todos estos engaños, ya que de momento somos muy principiante respecto al camino espiritual, por eso también debemos tenerlo siempre a nuestro lado para que nos proteja ante el peligro de nuestro engaños. Por ejemplo, para un bebé el progreso de su vida depende totalmente de la protección y la bondad de sus padres que le liberan de las condiciones adversas para su desarrollo.

Hay seis condiciones que son adversas para nuestra felicidad y para tener una vida armoniosa:

1. La semilla. Como todavía no hemos eliminado los engaños desde el raíz, cualquier destrucción es causa para que generemos un engaño porque tenemos la semilla.
2. Las condiciones externas. No importa mucho que los objetos sean agradables o no lo sean, siempre nos causan que generemos el apego o el rechazo, etc., porque no hemos desarrollado bien el sistema inmunitario de la mente. Por eso Buda nos dijo en un sutra: "Una persona que no tenga heridas en la mano puede llevar veneno en la palma. Así, una persona libre de los engaños no importa las condiciones externas siempre puede mantenerse en el calma".
3. La sociedad. Muchas veces nos influyen mucho las compañías, sin embargo, no debemos permitir que ellos nos manipulen.
4. Las discusiones. Respecto a las conversaciones podemos ver que hoy en día es muy difícil encontrar a alguien que te diga la verdad y con el que puedas mantener buenas conversaciones, cualquier conversación que escuches puede ser causa de que generes engaños. Por eso Buda nos dijo: "Tal como una roca sólida no es agitada por el viento, del mismo modo el sabio no es agitado por el elogio o por el reproche"
5. Un modo de pensar irreal. Muchas veces nuestro modo de pensar es muy poco practico y no se ajusta a la realidad, porque a lo largo del día, continuamente nos obsesionamos con los objetos de los engaños y nos agobiamos con ellos. Para que no nos agobien más debemos cambiar nuestro modo de pensar y la percepción de esos objetos de los engaños. ¿Quién nos ayuda a cambiar nuestro modo de pensar? Por supuesto que es el maestro, y también es él quien nos anima a liberarnos de los agobios.
6. La familiaridad. Estamos muy acostumbrados con los engaños, por esta razón parece que todo el tiempo están activos y que por eso en muchas ocasiones nos sentimos infelices. Así, que debemos adiestrar nuestra mente para que mejoren nuestras vivencias y para que seamos más felices; si eres feliz ahora serás feliz en el futuro. Buda dijo: "Alegrarse aquí y alegrarse allí, el que practique buenas acciones se alegra en ambos mundos".

Para practicar las buenas acciones debemos aprender las virtudes del cuerpo, de la palabra y de la mente. ¿Ante quien podemos aprender esto? Obviamente ante el maestro. El maestro es la persona que nos enseña todas las acciones virtuosas con compasión y con un amor sin condiciones.

En tibetano "noble maestro" se dice "LAMA" y significa "el que te muestra las cualidades supremas y te protege como una madre". Otra manera de nombrar al maestro es "GUEWE SHEÑEN" y significa "el amigo íntimo virtuoso con el que puedes compartir todos tus sentimientos y que te enseña cómo liberarte de tus defectos psíquicos con un remedio apropiado". En sánscrito se dice "GURU" y significa "quien posee la suprema cualidad y lal suprema bondad.

En el budismo el Buda es como el médico, el Darma es como la medicina, las Sangas son como los enfermeros. Por ahora, como somos seres ordinarios, por eso no percibimos directamente a los budas, pero recibimos sus bendiciones gracias a los bondadosos maestros, por ejemplo; el sol tiene mucho poder pero nunca se arde la hoja de un papel pero cuando pongamos una lupa entere rayos del sol y la hoja seguida se arde, de igual manera buda tiene mucho poder pero sin el maestro no nos recibiremos nunca sus bendiciones.

El maestro en si no importa que sea un buda o no, pero ante nosotros él funciona como el buda; si percibiésemos al buda directamente ¿qué haría el?, obviamente no daría enseñanza, porque las enseñanzas son las medicinas que nos recuperan del los defectos psíquicos. El budismo es descubrir tu propia naturaleza y la budeidad es tu personalidad última. ¿Quién debe descubrirla? Tú. El maestro es como el monitor de una auto escuela que te enseña las normas, que te guía por los caminos y que te corrige tus errores, pero debes conducir tú. En un sutra se dice "los budas no lavan el pecado con agua; no redimen a los seres del sufrimiento con el toque de sus manos; no transfieren a los demás sus realizaciones; ellos liberan mostrando la naturaleza de los fenómenos"

Sin el maestro nunca comprenderemos la naturaleza de los fenómenos y nunca descubriremos nuestra personalidad última, pero son tan bondadosos que nos enseñan y nos guían a la ciudad de la felicidad. Me gustaría mencionar unas líneas del LAM RIM "La esencia del néctar" donde se dice: "Aquél prisionero que sufre por las torturas de la prisión; alguien que le ayuda a liberarse de dicha cárcel y lo establece en la riqueza, por supuesto que es muy amble. De igual manera, nuestro maestro nos enseña, ahora mismo, los medios para liberarnos de los tres reinos inferiores y nos establece en las riquezas de los humanos y los dioses; el nos enseña bien los medios supremos de pacificar el dolor samsarico. Nos conduce a un estado sagrado y a lograr los tres KAYAS, el es bondadoso en verdad. ¿Hay alguna bondad mayor?

Nuestros bondadosos maestros son como protectores que nos amparan de los reinos inferiores, son como los capitanes que nos liberan del océano de la existencia cíclica, son los guías que nos conducen al estado supremo y a la liberación, son como los médicos que nos curan de nuestros engaños crónicos, son como el agua que extingue los grandes fuegos de sufrimientos, son como las lámparas que disipan la oscuridad de la ignorancia, son como el sol que ilumina el camino de la liberación, son como los liberadores que liberan de la presión asfixiante del samsara, son como las nubes de las que llueve apacible el sagrado darma, son como los amigos queridos que nos benefician y eliminan todo el mal, son como los padres que nos dan amor afectuoso siempre.

Es un fundamental tener siempre amigos íntimos virtuosos, así que Buda nos dijo: "Asóciese con el bien, asóciese con lo mejor del hombre." ¿Qué clase de amigo íntimo virtuoso (Maestro) debe acompañarnos? ¿Qué cualidades debe poseer el amigo íntimo virtuoso (Maestro)? Maitreya nos dijo en "Ornamento de los Sutras": Establece con el amigo virtuoso quien es maduro(1), pacifico(2), totalmente pacifico(3), que tenga más cualidades que tú(4), perseverancia(5), gran conocimientos de los escrituras(6), la realización de la mismidad(7), que sea un hábil orador(8), compasivo(9), que tiene la paciencia(10)"

Es fundamental que sea una persona que siempre preste atención a sus discípulos y que tome la responsabilidad del bienestar de sus discípulos; y que no se obsesiona con el nombre de ser maestro, ni se muestre orgulloso por sus conocimientos. Buda nos dijo: "El torpe que conoce su ignorancia, por conocerla se torna realmente un hombre sabio; pero el torpe que se enorgullece de su conocimiento es en realidad llamado torpe"

Un maestro que engaña a sus discípulos no es un maestro budista ni un amigo virtuosos porque Buda nos dijo: "Aquel practicante que perjudica a otros no es un practicante virtuoso" Si no es un practicante virtuoso ¿como puede enseñar la virtud? Cuando te encuentras un hombre que reúne aquellos atributos que he mencionado antes, debes establecer relación con el porque Buda ya nos dijo:" Por lo tanto, una persona que encuentra un hombre pacifico, sabio y que tiene conocimiento, rectitud, educación, buena moral y es noble, debería mantener la compañía con este hombre sabio, del mismo modo que la luna recorre su camino entre las estrellas".

Voy a concluir con esta oración: "Que siempre encuentre maestros perfectos, que nunca me separe de ellos y que disfrute del Darma sagrado; y que realizando los Bumis y las Etapas del Camino, pronto alcance el estado de Vajradara"

5 comentarios:

raul dijo...

Gracias Maestro... siempre con enseñanzas que son tan útiles como comer y domir ,que tengas un felíz día :-)!!

VANESSA Y RAUL (San Fernando)

Vajrayogini Devotee dijo...

What you said are so true. Thank you so much for a beautiful and meaningful teachings, Rinpoche.
Mom Connie

Monjes Tibetanos en Argentina dijo...

Gracias. Tashi Delek !!!!

Monjes Tibetanos en Argentina dijo...

Gracias. Tashi Delek !!!!

Anónimo dijo...

Un saludo y bendiciones de larga vida y fwlicidad para su Excelencia Tritul Rimpoche.Tashi Delek!

Datos personales

Mi foto
Desde año 2004 residiendo en Sevilla como maestro residente de Centro CHAKRASAMVARA y colaborando todos los centros budistas bajo del nuestro guía espiritual Ven Gueshe Tenzin Tamdin.

La vida es un apriendizaje continuo

Nací en el año 1.977 en el sur de la India, según el calendario tibetano, el día 15 del primer mes del año 2.104, un día de luna llena y coincidiendo con el día en que Buda Shakya Muni realizó muchos milagros.
Cuando tenía 4 años me reconocieron como la tercera reencarnación del LXXXIX Gaden Tripa.
El gran conquistador Lama Tsongkapa nació en el 1.357 en Tíbet y fundó la tradición Guelukpa y el monasterio de Gaden en el año 1.410.
Desde esta fecha empezó el linaje del Gaden Tripa. Lama Tsongkapa fue el I Gaden Tripa y después de su muerte en 1.419 le sustituyó su discípulo mayor Gyaltsap Dharma Rinchen como sucesor del trono de Gaden. Hasta ahora ha habido 101 Gaden Tripa. Me consideraron la reencarnación del número 89 Gaden Tripa. Casi todas las reencarnaciones de este linaje se llaman "Tritul".
Un día me llevaron mis padres a un monasterio que se encontraba a unos kilómetros de nuestra casa. Yo tenía 4 años y me impresioné mucho cuando vi aquel monasterio tan grande.
Luego me llevaron a un templo que estaba lleno de monjes haciendo rituales y tocando diferentes instrumentos budistas. Al otro lado del templo vi una puerta de la cual colgaba una cortina muy bonita. Mis padres estaban totalmente distraídos hablando con unos monjes y yo aproveché la ocasión para entrar en esa habitación.
Vi un monje muy elegante y compasivo que tenía perilla y estaba meditando en su asiento.
Me sentí atraído hacía él y le abracé. Acarició mi cabeza y yo comencé a jugar con su perilla, que era muy suave y blanca. Él no me decía nada y me dejaba jugar, además me daba frutas. Me olvidé totalmente de mis padres que me habían traído a este monasterio.
Después de un rato vino un monje a dicha habitación, no dijo nada pero me pareció que él había dicho a mis padres que yo estaba con el maestro S.E. Zong Rimpoché. Entonces oí una voz, gire la cabeza hacía la puerta y ví a mi madre que tenía una expresión que indicaba nerviosismo y preocupación. Me acerqué a su lado y empezó a reñirme. Afortunadamente S.E. Zong Rimpoché le dijo que no me riñera, luego la bendijo y nos marchamos de aquella habitación, pero yo no quería irme, porque me sentía muy cerca de él.
Luego supe que él fue un gurú raíz de mi reencarnación anterior, que murió en el Tíbet en el año 1.960, según la gran enciclopedia Tibetana Dung-Kar-Tsig-Dzoe-Chenmo, tras la invasión del Tíbet por los chinos. Después de unas semanas vinieron unos lamas a la casa de mis padres. Yo estaba jugando en el patio y me alegré mucho cuando les vi porque me atraían los lamas y me recordaron aquella ocasión tan especial que viví con el guru, en el monasterio y el templo. Acompañé a estos monjes al salón y mi madre preparó té tibetano. Yo estaba en el regazo de un monje mayor y olía a un perfume muy especial. Mientras tomaban el té me empezaron a hacer unas preguntas muy raras respecto a un niño.
Respondí a todas sus preguntas sin ningún esfuerzo y de repente vi como la cara de mi madre se emocionaba y sus ojos se llenaban de lágrimas. Me asusté mucho al pensar que había hecho algo que no debía. Me levanté del regazo de aquel monje y me acerqué a mi madre. Ella me abrazó, lo cual me alivió mucho.
Luego todos monjes se levantaron y me pusieron unos telas blancas (khatas) en el cuello.
Desde entonces sentí que tarde o temprano me tendría que ir de la casa de mis padres. Esta idea, al principio no me daba nada de pena pero cuando salía a la calle para jugar con los otros niños notaba que me trataban de una forma tan extraña que me asustaba. Me decían que me llamaba "Tenzin Lekshe", que me tendría que ir de mi casa, que no podría ver a mis padres y que no podría jugar con otros niños, pues en el monasterio no había niños y que, además, tendría que dormir solo.
Así que por un lado me sentía muy bien porque me iría al monasterio, pero por otro lado, me daba pena la pobre de mi madre.
Después de pasar un año, un día vi a mi madre arreglando toda la casa y le pregunté: ¿por qué estas limpiando tanto la casa? Me respondió que venían unos invitados muy importantes. Sentí gran curiosidad por saber quiénes serían esos invitados tan importantes que iban a venir a nuestra casa. Un día mi madre me despertó muy temprano, me duchó y me vistió. Toda la familia se había vestido de forma muy elegante y sobre las ocho de la mañana llegó un grupo de monjes mayores y jóvenes, hicieron un trono enorme en el salón de nuestra casa y empezaron una ceremonia. Solamente estábamos los monjes y la familia.
Me pusieron encima del enorme trono y pensé que había llegado la hora en que me tendría que separar de mi madre. Busqué a mi madre con la mirada y vi que estaba al final de la cola de los monjes, le hice un gesto para que se acercara a mí, pero comprobé que no me hacía caso.
Me preocupé por ello pues parecía que era verdad lo que me dijeron mis amigos. Le pregunté a un monje "Gueshe" que estaba a mi lado: ¿por qué no viene mi madre? Me respondió que eso no podía ser.
Le rogué de nuevo pero me sonrió sin hacerme caso, así que me puse un poco furioso y grité de repente.Vino mi madre y se sentó al lado del trono.
Cada vez que miraba su cara me daba tanta pena de ella que me emocionaba y no podía controlar el llanto.
Así que me cansé mucho y me dormí en el regazo de mi madre. Cuando me desperté estaba en la cama del monasterio y vi que la estancia estaba llena de monjes y personas laicas.
Cada uno sostenía una khata y flores que me ofrecieron. Después fuimos a ver S.S. Triyang Rimpoché (tutor de S.S. el Dalai Lama) me dio una transmisión oral de una oración sobre Manjushri. ("Nombrar a Manjushri" "ARYAMANJUSHERE NAMA SAM GUITE").
Desde 1.981 hasta el año 2.000 estuve toda mi vida en el monasterio, allí aprendí muchas cosas, no solamente las enseñanzas de Buda, también literatura y estudios generales. La vida en el monasterio era físicamente dura para un niño porque nos teníamos que levantar todos los días a las 5,30 de la mañana y nos acostábamos a las 12 de la noche. Desayunábamos a las 6,30 de la mañana pero no era un desayuno con mermelada, mantequilla, corn flakes, etc. solamente nos daban una taza de té y un trozo de pan. Era un pan redondo que parece pizza pero no lleva ni queso ni tomate, está hecho con harina y agua. Para almorzar nos daban otro pan igual pero con una cucharada de picante y una taza de té. Mentalmente no sufría casi nunca y sentía una paz interna muy especial. No añoraba nada ni sentía nunca la carencia de la familia ni de mis antiguos amigos, a pesar de que apenas tenía posesiones materiales.
Allí me enseñaron a considerar como mi familia y mis amigos a las personas que me acompañen, me encuentre donde me encuentre. Por eso, ahora, me siento muy afortunado porque donde esté, no me falta nunca la familia ni los amigos.
También aprendí que tengo que mantener una vida sencilla, pacifica y tranquila. Mantener una vida tranquila no es difícil porque la tranquilidad está siempre con nosotros lo único es tenemos que identificar la esencia de la vida.
Un practicante budista tiene que aprender y al mismo tiempo desarrollar su espiritualidad hasta que alcance la budeidad, en realidad la vida es un aprendizaje continuo.
Durante veinte años realicé todos los estudios oficiales del monasterio y al finalizarlos deseaba pasar una temporada con mis padres así que fui a verlos y estuve un tiempo con ellos. Un día recibí una carta de S.E. Kyabye Khensur Tamding Gyatso Rimpoché, en aquella carta me decía que tenía que seguir con el Dharma y compartirlo con los demás. Enfatizó mucho sobre este tema.
En el año 2.002 fui a Corea del Sur y un día recibí una llamada de mi maestro Ven. Gueshe Tenzin Tamding invitándome a ir a España. En 2.004 llegué a España. Me di cuenta, tras observar profundamente, lo necesario que es el Darma de Buda en el mundo de hoy en día.
Comprobé que muchas de las personas de los países desarrollados, a pesar de tener gran cantidad de cosas materiales, aún se sienten vacías, insatisfechas y con gran inseguridad. Agradezco a Buda y a los maestros que me han transmitido unas enseñanzas tan preciosas y valiosas, por eso me siento siempre lleno, satisfecho y seguro.
Y estas sensaciones que me han transmitido mis queridos maestros estoy intentando compartirlas con mis hermanos y hermanas, mis queridos amigos y amigas.

Día de entronización

Día de entronización
Con mi maestro y mi madre

Con mi guru Khensur Lobsang Tenpa

Con mi guru Khensur Lobsang Tenpa
Budhagaya 1985